martes, 1 de febrero de 2011

Una película es la vida

La vida es un divino guión, un guión que para desgracia o fortuna no somos nosotros quienes escribimos. Cuando eres capaz de dominar la dramaturgia, de localizar lo conflictos, de ver con facilidad cuándo a tu vida le hace falta un punto de giro, esta es más difícil de afrontar que para el resto.
Los que de una manera u otra vivimos de inventar historias y recrearlas, no paramos de crear conflictos porque sin estos nuestros cuentos no tienen evolución dramática. Esta es la razón por la que al surgir un conflicto en nuestra vida somos capaces de odiar con admiración al creador de nuestra historia. Sabemos que lo que nos está pasando enriquecerá tanto la trama que mantendrá expectante al que se sienta frente a la pantalla de la vida a ver nuestra película.
La dramaturgia nos dice que para tener la atención total del que ve nuestra obra debemos darle muchos golpes emocionales a nuestro protagónico. Tanto así que se convierta en agónico. De esta forma la historia que contamos irá saltando de conflicto en conflicto. Entre más pruebas tenga que afrontar nuestro personaje mayor será su crecimiento.
Cuando se es capaz de crear historias la vida se nos convierte en algo fácil de desentrañar. Gracias a que conocemos las reglas del juego y sabemos las razones que nos obligan a dar un giro en ese punto que nos hace detenernos. Fernando Trueba decía que la vida es una película mal montada (con un final de mierda), yo me atrevo a decir que la vida es una película bien contada con un final.

No hay comentarios: