martes, 18 de mayo de 2010

Nada alentadores los festejos por el día de la diversidad en Holguín.

FOTO: JUAN PABLO CARRERA 

Es difícil para cualquier persona homosexual abrirse paso por los laberínticos caminos de una sociedad regida por la heterosexualidad. Pero si tortuoso es vivir en un mundo dirigido por los hetero mucho más desagradable aún es vivir en un mundo regido por los homosexuales de carroza, esos que solo son gay y nada más, los que ven su homosexualidad como una opción de vida y no como una opción sexual.
El pabellón “Armando Mestre” conocido actualmente como la Casa del Joven Creador de la Asociación Hermanos Saís en Holguín está siendo sede de las actividades por el día de la diversidad y contra la homofobia. Cosa buena esta, ya que es necesaria la apertura de espacios donde se respete la diversidad y funcionen como zonas de tolerancia ¿pero qué significado tiene el respeto si no es el de respetar la manera de ser y de actuar de todos los mortales? Entonces ¿por qué cuando se nos da una brecha actuamos como esos que tanto criticamos?

Fue vergonzoso para muchos y muchas que allí estuvimos, ESTAR. No es ese tipo de manifestaciones públicas lo que se necesita para ser tolerante, es sencillamente respetarnos todos tanto heterosexuales como homosexuales para conseguir un equilibrio en el justo medio. Tan desagradable es ver a un hombre y a una mujer casi copulando en público como lo es ver a dos hombres o a dos mujeres. A los heterosexuales habitualmente no se les ve manifestándose de la forma que vimos a la mayoría de los gays que estaban el pasado lunes 17 de mayo en la Casa del Joven Creador, entonces por qué hacer cosas como estas que avergüenzan tanto a heterosexuales como a homosexuales. El objetivo no es probar fuerza sino lograr un equilibrio donde todos nos respetemos tal cual somos, cualquier exceso siempre, a la corta o a la larga, termina molestando y agrediendo.

1 comentario:

kelday666 dijo...

Amiga... coincido plenamente con tu comentario.
Yo suelo ser muy drástico con los homo que hacen de su diferencia un espectáculo. Y me pregunto: ¿Es que no pueden ser sencillamente naturales? ¿Es que hay que convertir el acto de la "tolerancia" en un sacrificio para quienes no son homo? ¿por qué no hacer de la diferencia un asunto tan natural como realmente nos empeñamos en verlo?
La palabra tolerancia no me gusta. Prefiero aceptación y respeto, porque tolerar no es precisamente aceptar o respetar. Yo, que tengo muchos amigos gays, excelentes amigos y personas, yo que no soy gay sino un rabioso heterosexual, sin prejuicios y con buen sentido de adaptación a cambios, me siento a veces agredido por actitudes carnavalescas como las que describes. Así no se llega al respeto, mucho menos en una sociedad como la nuestra. Por esa vía sólo se llega a lo que actualmente existe, o sea, un día al año en el que les dan permiso para "hacer sus cosas". Y esa no es la idea. ¿O me equivoco?

La dignidad es algo muy caro. Perderla en un aquelarre es lastimoso. Aunque claro, cada quien es libre de entregar su dignidad al precio que quiera.

Besos para ti, amiga...